Es bastante habitual que, ante la llegada de un nuevo bebé a casa, el hermano mayor sienta celos, un sentimiento extraño que en muchas ocasiones no entiende o no sabe explicar.
Los celos hermano mayor se producen porque hay un cambio importante en la convivencia familiar y un hermano se siente desplazado de ese lugar especial, en el que era el gran protagonista.
Existen algunos métodos para tratar de mitigarlos, por lo que conocerlos será fundamental para que el hermano mayor exprese sus sentimientos e inquietudes, pudiendo colaborar en la nueva situación y adquiriendo el papel que le corresponde a cada uno, sin que se sienta desplazado.
¿Por qué y cuándo se producen los celos hermano mayor?
Aunque es habitual que los celos entre hermanos se produzcan cuando llega un bebé nuevo a casa, existen también celos entre hermanos mellizos o gemelos o incluso celos de hermanos menores a mayores, porque el mayor saca mejores notas o ha conseguido un logro especial que acapara la atención de los padres.
Entonces, sean del tipo que sean, los celos aparecen en un sentido u otro, porque uno de nuestros hijos se ve o siente de algún modo desplazado de lo forma que tenía de vivir o sentir hasta el momento.
Hemos de tener en cuenta que los celos hermano mayor son un tipo de sentimiento natural, tal y como sucede con la alegría o la tristeza, y que somos los padres los que debemos tener las herramientas para controlarlos y evitar que puedan desencadenar problemas mayores o desestabilizar el equilibrio familiar.
Cómo descubrir las señales de que un niño está celoso del recién llegado
Este tipo de celos en el hermano mayor son conocidos como el síndrome del ‘príncipe destronado’ y se generan cuando el hijo mayor se siente amenazado por la llegada de otro bebé e inconscientemente tiene miedo a ser abandonado, principalmente por su madre, su referente absoluto, especialmente cuando todavía es pequeño.
Existen dos tipos de celos, los adaptativos y los patológicos:
- Los celos adaptativos son los más naturales, frecuentes y esperables, ya que cumplen una función adaptativa a la nueva situación, generando mecanismos de defensa del hermano mayor frente a la llegada de un hermano pequeño.
- Los celos patológicos no tienen nada que ver con la adaptación a la nueva situación y pueden crear serios problemas, tanto para el niño que los sufre como para el resto de la familia.
En cualquier caso, las conductas celosas tienen por objetivo el hecho de llamar la atención de los progenitores o los cuidadores, por lo que estar atentos a los síntomas y actuar en consecuencia, será de gran ayuda para que ningún miembro de la familia sufra más de lo necesario.
Los síntomas de celos hermano mayor más frecuentes que nos deberían poner en alerta son:
- Cambios en el comportamiento habitual del hermano mayor.
- Indiferencia o no hacer caso de lo que se le dice o pide.
- Conductas agresivas hacia el recién llegado, la madre o agresividad generalizada.
- Rabietas fuera de lugar y muy persistentes.
- Fijarse en los dibujos que hacen nuestros hijos también indican muchos aspectos de lo que sienten. Si el hermano mayor dibuja a toda la familia y el bebé está apartado del núcleo familiar o simplemente no aparece, es un síntoma claro de celos hermano mayor.
- Conductas involutivas: hablar con un tono de voz más infantil de lo que le corresponde, volver a hacerse pis, pedir de nuevo el chupete, etc.
- Fracaso escolar.
- Conductas depresivas: baja autoestima, exceso de sensibilidad, desconfianza o falta de comunicación, entre otras.
- Alteración del sueño y pesadillas.
- Comer en exceso o dejar de comer.
Cómo tratar los celos
Cuando detectamos algunos de estos síntomas es el momento de ponerse en marcha para tratar de controlar los celos hermano mayor.
En primer lugar, debemos tener claro que, en algunas ocasiones, los celos no son solo una percepción subjetiva del niño, ya que nuestra actitud hacia él cambia con la llegada de un nuevo hermano. Por ello, debemos estar atentos y prestarle la atención que merece, aunque un recién nacido precise de unos cuidados y atención especiales.
Reforzar las conductas positivas del hermano mayor servirá de punto de partida para mitigar la sensación de vulnerabilidad y celos que pueda sentir.
Involucrar al hermano mayor desde el principio del embarazo
Si hacemos partícipe al hermano mayor de la llegada de un nuevo bebé desde el principio del embarazo, conseguiremos que vea la situación como algo natural y pueda superar los celos de forma menos traumática.
Por ello, es bueno que le expliquemos, utilizando un lenguaje que entienda y sin saturarle, que mamá está embarazada, que tendrá un hermano y que deberá ayudar en casa (siempre desde un punto de vista positivo), sin otorgarle responsabilidades que no le corresponden. Además, hacerle entender que un bebé recién nacido necesita mucha ayuda porque no puede ni sabe hacer nada solo le servirá para afianzar su papel de hermano mayor.
Evitar las comparaciones entre hermanos
En este caso deberíamos evitar cualquier tipo de comparación, tanto las positivas como las negativas, incluso cuando pensamos que están atentos a nuestra conversación. Se trata de enseñar al niño que está sufriendo un episodio de celos, que sus sensaciones de infravaloración no son ciertas, pero de un modo comprensivo y afectuoso.
Contar con los hermanos mayores para el cuidado del más pequeño
Afianzar la relación de los hermanos, incluso ante la llegada de un recién nacido, es la solución ideal para mitigar los celos hermano mayor.
Por ello debemos hacer partícipes a los mayores de algunos aspectos relacionados con el bebé, como ayudar a preparar el baño, a cambiarles la ropa, a explicar un cuento, jugar con ellos, cantarle una nana, o cuando ya son un poco mayores, ayudarles a hacer los deberes le servirá para sentirse orgulloso de ser útil.
Dialogar de forma tranquila y serena
Aunque en ocasiones, frente a una situación de celos es fácil perder la calma, los padres debemos acompañar sus conductas desde la serenidad y también la firmeza, para poder establecer ciertos límites.
Gestionar las discusiones y enseñarles cómo pueden resolver los conflictos, ya desde pequeños, puede ser muy útil no sólo ante una situación de celos entre hermanos, sino de la vida en general.
Y cuando reclama atención…
Simplemente dársela.
Fomentar una comunicación respetuosa y abierta con el niño que sufre los celos, preocupándonos por sus inquietudes, miedos o intereses será imprescindible.
Es necesario buscar cada día algún momento exclusivo para hablar y estar con ellos, compartir tiempo de juego o hacer planes en familia o por separado y mostrarles todo el cariño y amor que los padres sentimos por cada uno de nuestros hijos.