Muchas veces, encontrar el equilibrio entre la maternidad y el trabajo resulta muy dificil. Solemos pensar que al ser madres debemos dejar nuestra vida profesional para que nuestro bebé sea feliz y esté lo más bien atendido posible. Pero si tienes claro que no quieres renunciar a ninguna de las dos cosas, con disciplina y paciencia puedes combinar ambas cosas. Con planificación y organización ¡todo es posible!
Aprende a organizar tu tiempo
Antes de empezar, debes tener claras todas tus tareas y obligaciones para que no se te pase nada. Y la mejor forma de hacerlo, es llevar una agenda siempre contigo y anotar todos aquellas citas y tareas que tengas que hacer durante la semana (reuniones del colegio, visitas médicas, reuniones de trabajo, etc.)
Tu pareja es un soporte muy importante
Como tú, el padre también tiene que participar en el cuidado del hijo, por lo que es indispensable que os organicéis para que tanto tu como él podáis seguir con vuestra vida profesional y pasar tiempo en familia. Y que si tenéis que renunciar a algunas cosas sea lo más equilibrado posible entre los dos y la carga no recaiga sobre solamente en una parte.
Pasa tiempo de calidad con tu hijo
Una vez vuelvas al trabajo no podrás pasar tanto tiempo con tu hijo, por eso es importante que el rato que puedas estar con él sea tiempo de calidad, jugando juntos, leyendo un cuento y prestándole atención. Esto sera muy positivo tanto para ti como para él.
Tips para sobrevivir a la vuelta al trabajo:
- Habla con el departamento o responsable de recursos humanos para que te dé una reducción de jornada si es necesario.
- Vete de compras y déjate listos dos o tres conjuntos para no tener que pensar por las mañanas y ganar tiempo y confianza.
- Antes de volver al trabajo, es recomendable que te pases un día a ver como esta el equipo y que te pongan al día de tus tareas y de los cambios que hayan podido surgir.
- Busca a alguien de confianza que pueda cuidar de tu hijo cuando te salgan imprevistos en el trabajo.